Marcos Rojo quedó otra vez en el ojo de la tormenta entre los hinchas de Boca tras la difusión de imágenes del defensor jugando un picado en un torneo intercountry y en una fiesta.
El capitán del equipo, quien ya venía siendo criticado por su irresponsable expulsión en la derrota frente a Platense, se sitúa en el foco del escándalo por segunda semana consecutiva en el "mundo Boca" y ahora enfrenta más reclamos por su conducta fuera de la cancha.

 

Es que la relación entre Rojo y los hinchas de Boca ya estuvo tensa tensa en las últimas semanas, agravada por su tarjeta roja en el primer tiempo de la derrota ante el calamar por la cuarta fecha de la Liga Profesional. Este incidente fue un punto álgido en el deterioro de la percepción pública hacia el defensor. Y las recientes fotografías que se viralizaron reavivaron las críticas hacia el jugador de 34 años. Esa misma noche, otra foto circuló en las redes, mostrando al ex-Estudiantes en el boliche Bye Henry en La Plata, posando con una fan.

 

Ante estas imágenes, la dirigencia de Boca no ha tomado ninguna medida oficial contra Rojo, dado que no se confirmó si las fotos son actuales o simplemente resurgieron en redes. De hecho, desde el club intentaron justificar al central, aduciendo que se encontraba en día libre. A pesar de eso, si las cosas siguen como van, la relación entre la mitad más uno del país y Rojo, puede llegar a un punto de no retorno.