INTERES GENERAL
30/09/2025
Sudán: el mundo mira hacia otro lado mientras la catástrofe en Darfur se intensifica
Por Juana Merino
Desde abril de 2023, el país vive un conflicto abierto entre las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Lo que comenzó como una lucha por el poder en la capital Jartum se ha expandido a distintas regiones, siendo Darfur una de las más golpeadas.
La ONU advierte que más de 10 millones de personas han sido desplazadas dentro y fuera de Sudán, en lo que ya se considera la peor crisis de desplazamiento del mundo. En Darfur, se reportan matanzas de comunidades enteras, violencia étnica y el colapso casi total de los servicios básicos.
La escasez de alimentos es crítica: el Programa Mundial de Alimentos alertó que millones enfrentan hambruna inminente, mientras la ayuda humanitaria apenas logra ingresar por los constantes combates y los bloqueos en las rutas de acceso.
Mientras tanto, la cobertura mediática y la respuesta diplomática han sido limitadas en comparación con otros conflictos. Analistas advierten que la atención global se concentra en Ucrania, Medio Oriente y las tensiones en Asia, dejando a Sudán relegado en la agenda.
Organizaciones de derechos humanos insisten en que la violencia en Darfur podría constituir crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, pero el Consejo de Seguridad de la ONU no ha logrado consensuar una acción decisiva, en parte por las divisiones entre potencias.
El conflicto también ha desbordado las fronteras: Chad, Sudán del Sur y Egipto reciben olas de refugiados, lo que pone en riesgo su propia estabilidad. En Chad, campamentos improvisados en zonas desérticas ya no pueden sostener la llegada constante de personas sin acceso a agua potable ni alimentos suficientes.
Expertos advierten que, de no mediar un alto el fuego efectivo y un incremento inmediato de la ayuda internacional, Sudán podría encaminarse a una tragedia humanitaria comparable con las peores del siglo XXI.
Mientras tanto, las víctimas en Darfur siguen esperando que el mundo deje de mirar hacia otro lado.
La ONU advierte que más de 10 millones de personas han sido desplazadas dentro y fuera de Sudán, en lo que ya se considera la peor crisis de desplazamiento del mundo. En Darfur, se reportan matanzas de comunidades enteras, violencia étnica y el colapso casi total de los servicios básicos.
La escasez de alimentos es crítica: el Programa Mundial de Alimentos alertó que millones enfrentan hambruna inminente, mientras la ayuda humanitaria apenas logra ingresar por los constantes combates y los bloqueos en las rutas de acceso.
Mientras tanto, la cobertura mediática y la respuesta diplomática han sido limitadas en comparación con otros conflictos. Analistas advierten que la atención global se concentra en Ucrania, Medio Oriente y las tensiones en Asia, dejando a Sudán relegado en la agenda.
Organizaciones de derechos humanos insisten en que la violencia en Darfur podría constituir crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, pero el Consejo de Seguridad de la ONU no ha logrado consensuar una acción decisiva, en parte por las divisiones entre potencias.
El conflicto también ha desbordado las fronteras: Chad, Sudán del Sur y Egipto reciben olas de refugiados, lo que pone en riesgo su propia estabilidad. En Chad, campamentos improvisados en zonas desérticas ya no pueden sostener la llegada constante de personas sin acceso a agua potable ni alimentos suficientes.
Expertos advierten que, de no mediar un alto el fuego efectivo y un incremento inmediato de la ayuda internacional, Sudán podría encaminarse a una tragedia humanitaria comparable con las peores del siglo XXI.
Mientras tanto, las víctimas en Darfur siguen esperando que el mundo deje de mirar hacia otro lado.







