SOCIAL Y CULTURAL
02/10/2025
Mondiacult 2025 reclama situar la cultura como pilar central de las políticas públicas
Por Juana Merino
Cultura como derecho universal
En el documento final, los países participantes subrayaron la necesidad de garantizar derechos culturales universales y de integrar la cultura en los planes nacionales de desarrollo. Esto implica no solo proteger el patrimonio tangible e intangible, sino también fomentar la diversidad cultural, el acceso a la creación artística y la igualdad de oportunidades para los trabajadores del sector.
La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, destacó que la cultura “no es un lujo, sino un bien esencial para el bienestar y la cohesión social”, insistiendo en que debe ocupar un lugar central en las políticas públicas.
Entre los debates, sobresalieron cuestiones vinculadas a la inteligencia artificial en la creación artística, la preservación del patrimonio en zonas de conflicto y el papel de la cultura en la lucha contra la desinformación. Asimismo, se discutió cómo la digitalización abre oportunidades para democratizar el acceso, pero también plantea riesgos de concentración y exclusión.
El acuerdo alcanzado en Barcelona refuerza el compromiso internacional iniciado en Mondiacult 1982 (México) y renovado en 2022. Esta vez, sin embargo, se avanzó hacia la idea de que la cultura sea formalmente incluida en la agenda global de desarrollo sostenible de cara a 2030 y más allá.
Representantes de América Latina insistieron en que la cultura debe ser un eje de integración regional, tanto para proteger lenguas originarias como para promover industrias creativas que generen empleo. Países como México, Argentina y Colombia propusieron líneas de cooperación cultural más sólidas dentro y fuera del continente.
Mondiacult 2025 marca un paso decisivo: situar la cultura no solo como un reflejo de las sociedades, sino como un motor imprescindible para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
En el documento final, los países participantes subrayaron la necesidad de garantizar derechos culturales universales y de integrar la cultura en los planes nacionales de desarrollo. Esto implica no solo proteger el patrimonio tangible e intangible, sino también fomentar la diversidad cultural, el acceso a la creación artística y la igualdad de oportunidades para los trabajadores del sector.
La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, destacó que la cultura “no es un lujo, sino un bien esencial para el bienestar y la cohesión social”, insistiendo en que debe ocupar un lugar central en las políticas públicas.
Entre los debates, sobresalieron cuestiones vinculadas a la inteligencia artificial en la creación artística, la preservación del patrimonio en zonas de conflicto y el papel de la cultura en la lucha contra la desinformación. Asimismo, se discutió cómo la digitalización abre oportunidades para democratizar el acceso, pero también plantea riesgos de concentración y exclusión.
El acuerdo alcanzado en Barcelona refuerza el compromiso internacional iniciado en Mondiacult 1982 (México) y renovado en 2022. Esta vez, sin embargo, se avanzó hacia la idea de que la cultura sea formalmente incluida en la agenda global de desarrollo sostenible de cara a 2030 y más allá.
Representantes de América Latina insistieron en que la cultura debe ser un eje de integración regional, tanto para proteger lenguas originarias como para promover industrias creativas que generen empleo. Países como México, Argentina y Colombia propusieron líneas de cooperación cultural más sólidas dentro y fuera del continente.
Mondiacult 2025 marca un paso decisivo: situar la cultura no solo como un reflejo de las sociedades, sino como un motor imprescindible para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
Fuentes: El País.
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