POLITICA
10/10/2025
Le Pen abre la puerta a un acuerdo de gobierno con la derecha tradicional francesa
Por Emma Garcia
En un giro significativo para la política francesa, la líder del partido ultraderechista Agrupación Nacional (Rassemblement National, RN), Marine Le Pen, declaró estar abierta a formar un acuerdo de gobierno con la derecha tradicional, representada principalmente por Les Républicains (LR), el histórico partido conservador. Esta declaración, realizada en una entrevista publicada este jueves, marca un potencial punto de inflexión en el panorama político de Francia a pocos meses de las elecciones legislativas de 2027.
Le Pen, que ha intentado suavizar la imagen del RN en los últimos años, afirmó que “ya no tiene sentido fingir que no existen coincidencias entre ambos bloques” y llamó a una “alianza patriótica” que permita derrotar tanto a Emmanuel Macron como a la izquierda radical. Si bien no dio detalles sobre un posible reparto de poder, sus palabras suponen una ruptura con décadas de aislamiento político autoimpuesto por la derecha tradicional frente al RN, al que muchos todavía consideran una fuerza extremista.
El movimiento ha generado reacciones encontradas. Algunos sectores de Les Républicains, debilitados por los sucesivos reveses electorales, han mostrado interés en explorar un entendimiento con Le Pen, con el argumento de que comparten valores en torno a la seguridad, la inmigración y la soberanía nacional. Sin embargo, otros líderes conservadores se manifestaron en contra, recordando que una alianza con la extrema derecha podría traicionar los principios republicanos y alienar a buena parte del electorado centrista.
El presidente Emmanuel Macron no tardó en reaccionar, advirtiendo sobre el riesgo de una “normalización de discursos y proyectos autoritarios” en el corazón de la República. Desde el bloque centrista que lo respalda, se insiste en que el cordón sanitario frente al RN debe mantenerse para preservar la estabilidad institucional del país.
Por su parte, Le Pen parece confiar en que el desgaste de Macron, sumado a la debilidad de los partidos tradicionales, le permita ampliar su base electoral y construir una mayoría parlamentaria en 2027. Su estrategia también apunta a consolidar su imagen de líder de Estado, capaz de dialogar y negociar más allá de su electorado habitual.
Si bien aún es pronto para saber si esta apertura se traducirá en una coalición concreta, el solo hecho de que se discuta públicamente refleja la transformación del equilibrio político en Francia, donde la línea entre la derecha moderada y la extrema derecha se vuelve cada vez más difusa.
Le Pen, que ha intentado suavizar la imagen del RN en los últimos años, afirmó que “ya no tiene sentido fingir que no existen coincidencias entre ambos bloques” y llamó a una “alianza patriótica” que permita derrotar tanto a Emmanuel Macron como a la izquierda radical. Si bien no dio detalles sobre un posible reparto de poder, sus palabras suponen una ruptura con décadas de aislamiento político autoimpuesto por la derecha tradicional frente al RN, al que muchos todavía consideran una fuerza extremista.
El movimiento ha generado reacciones encontradas. Algunos sectores de Les Républicains, debilitados por los sucesivos reveses electorales, han mostrado interés en explorar un entendimiento con Le Pen, con el argumento de que comparten valores en torno a la seguridad, la inmigración y la soberanía nacional. Sin embargo, otros líderes conservadores se manifestaron en contra, recordando que una alianza con la extrema derecha podría traicionar los principios republicanos y alienar a buena parte del electorado centrista.
El presidente Emmanuel Macron no tardó en reaccionar, advirtiendo sobre el riesgo de una “normalización de discursos y proyectos autoritarios” en el corazón de la República. Desde el bloque centrista que lo respalda, se insiste en que el cordón sanitario frente al RN debe mantenerse para preservar la estabilidad institucional del país.
Por su parte, Le Pen parece confiar en que el desgaste de Macron, sumado a la debilidad de los partidos tradicionales, le permita ampliar su base electoral y construir una mayoría parlamentaria en 2027. Su estrategia también apunta a consolidar su imagen de líder de Estado, capaz de dialogar y negociar más allá de su electorado habitual.
Si bien aún es pronto para saber si esta apertura se traducirá en una coalición concreta, el solo hecho de que se discuta públicamente refleja la transformación del equilibrio político en Francia, donde la línea entre la derecha moderada y la extrema derecha se vuelve cada vez más difusa.
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