INTERES GENERAL
15/05/2025
La NASA detecta vibrantes aguas turquesa en las Malvinas: un indicio del dinamismo oceánico
Por José Manuel Ferrero


Un espectáculo natural captado desde el espacio
Los sensores hiperespectrales del proyecto PACE de la NASA han revelado una impresionante paleta de colores turquesa y verde en las aguas de la plataforma continental argentina, incluyendo las islas Malvinas. Este fenómeno, solo visible desde el espacio, es el resultado de una masiva floración de fitoplancton, un acontecimiento que ha despertado el interés de la comunidad científica internacional.
El fitoplancton, compuesto por microorganismos fotosintéticos, desempeña un papel crucial en el equilibrio del ecosistema marino. Responsable de producir aproximadamente la mitad del oxígeno que respiramos, este conjunto de organismos se sitúa en la base de la cadena alimentaria oceánica, alimentando directamente o indirectamente a diversos animales marinos.
Si bien su presencia es fundamental para la biodiversidad, una proliferación excesiva podría generar floraciones de algas nocivas, consumiendo alarmantemente el oxígeno disuelto en el agua y afectando la salud de los peces y otros organismos acuáticos.
El radiante color turquesa observado en la superficie del océano se debe a los cocolitóforos, microorganismos que poseen una cubierta de carbonato de calcio capaz de reflejar la luz solar. Estas floraciones ocurren cuando se combinan condiciones ideales, tales como temperatura adecuada, luz solar abundante y una alta concentración de nutrientes.
En la región austral, la corriente de las Malvinas desempeña un papel fundamental al transportar aguas frías y ricas en minerales desde el sur, creando un entorno propicio para la proliferación del fitoplancton. Cerca de la costa, los investigadores han observado colores más opacos debido a la presencia de sedimentos.
A medida que la floración se extiende hacia aguas más profundas, la NASA ha identificado un aumento en la concentración y diversidad de estos microorganismos. Dado su relevancia ambiental, la agencia espacial continuará monitoreando el fenómeno con tecnología avanzada, evaluando su impacto en el ecosistema y los efectos del cambio climático.
Los sensores hiperespectrales del proyecto PACE de la NASA han revelado una impresionante paleta de colores turquesa y verde en las aguas de la plataforma continental argentina, incluyendo las islas Malvinas. Este fenómeno, solo visible desde el espacio, es el resultado de una masiva floración de fitoplancton, un acontecimiento que ha despertado el interés de la comunidad científica internacional.
El fitoplancton, compuesto por microorganismos fotosintéticos, desempeña un papel crucial en el equilibrio del ecosistema marino. Responsable de producir aproximadamente la mitad del oxígeno que respiramos, este conjunto de organismos se sitúa en la base de la cadena alimentaria oceánica, alimentando directamente o indirectamente a diversos animales marinos.
Si bien su presencia es fundamental para la biodiversidad, una proliferación excesiva podría generar floraciones de algas nocivas, consumiendo alarmantemente el oxígeno disuelto en el agua y afectando la salud de los peces y otros organismos acuáticos.
El radiante color turquesa observado en la superficie del océano se debe a los cocolitóforos, microorganismos que poseen una cubierta de carbonato de calcio capaz de reflejar la luz solar. Estas floraciones ocurren cuando se combinan condiciones ideales, tales como temperatura adecuada, luz solar abundante y una alta concentración de nutrientes.
En la región austral, la corriente de las Malvinas desempeña un papel fundamental al transportar aguas frías y ricas en minerales desde el sur, creando un entorno propicio para la proliferación del fitoplancton. Cerca de la costa, los investigadores han observado colores más opacos debido a la presencia de sedimentos.
A medida que la floración se extiende hacia aguas más profundas, la NASA ha identificado un aumento en la concentración y diversidad de estos microorganismos. Dado su relevancia ambiental, la agencia espacial continuará monitoreando el fenómeno con tecnología avanzada, evaluando su impacto en el ecosistema y los efectos del cambio climático.