POLITICA
13/10/2025
Francia atraviesa una nueva crisis institucional tras la caída del gabinete de Sébastien Lecornu
Por Emma Garcia
Francia vuelve a sumirse en una crisis política profunda tras la caída fulminante del nuevo gabinete del primer ministro Sébastien Lecornu, que duró menos de 14 horas antes de ser desmantelado por presiones internas y amenazas de mociones de censura por parte de la oposición.
Nombrado por el presidente Emmanuel Macron tras semanas de negociaciones, Lecornu presentó un gabinete reducido y calificado como “misional”, sin una investidura formal, con el objetivo de avanzar en reformas estructurales. Sin embargo, la iniciativa fue recibida con amplio rechazo por parte de las fuerzas opositoras tanto de izquierda como de derecha, que calificaron el movimiento como antidemocrático y un intento de gobernar por decreto.
La líder del bloque ecologista, Sandrine Rousseau, criticó duramente al nuevo Ejecutivo, afirmando que “Macron está destruyendo la legitimidad republicana al evitar el voto parlamentario”. Por su parte, el partido conservador Los Republicanos y la alianza izquierdista NUPES amenazaron con presentar mociones de censura inmediatas, precipitando la dimisión de varios ministros recién nombrados.
Desde el Elíseo, Macron defendió la legalidad y necesidad de la estrategia adoptada, argumentando que el país no puede permitirse quedar paralizado ante las crisis económica, migratoria y de seguridad. En una declaración oficial, el presidente aseguró que no piensa dimitir y acusó a la oposición de “poner sus ambiciones partidistas por encima del interés nacional”.
Esta situación se da en un contexto de gran tensión social y política en Francia. Las recientes manifestaciones contra la reforma laboral, sumadas a los conflictos diplomáticos con Rusia por el suministro energético, han debilitado la popularidad del Ejecutivo. Además, los bajos índices de aprobación de Macron —que han caído por debajo del 30%— dificultan aún más la gobernabilidad.
Analistas políticos consideran que esta podría ser la crisis más grave desde el inicio del segundo mandato de Macron. “El problema ya no es solo de nombres o de alianzas, sino de legitimidad institucional. El gobierno está perdiendo su capacidad de construir consensos”, señaló el politólogo Jean-Baptiste Arnaud.
Mientras tanto, el país queda en un limbo político. Sin mayoría clara en la Asamblea Nacional y con una oposición dispuesta a bloquear cualquier iniciativa del Ejecutivo, el escenario más probable podría ser una convocatoria anticipada a elecciones legislativas, aunque el presidente no ha confirmado esa opción.
En las próximas horas se esperan nuevas declaraciones desde el Palacio del Elíseo. El futuro del gobierno de Macron pende de un hilo.
Nombrado por el presidente Emmanuel Macron tras semanas de negociaciones, Lecornu presentó un gabinete reducido y calificado como “misional”, sin una investidura formal, con el objetivo de avanzar en reformas estructurales. Sin embargo, la iniciativa fue recibida con amplio rechazo por parte de las fuerzas opositoras tanto de izquierda como de derecha, que calificaron el movimiento como antidemocrático y un intento de gobernar por decreto.
La líder del bloque ecologista, Sandrine Rousseau, criticó duramente al nuevo Ejecutivo, afirmando que “Macron está destruyendo la legitimidad republicana al evitar el voto parlamentario”. Por su parte, el partido conservador Los Republicanos y la alianza izquierdista NUPES amenazaron con presentar mociones de censura inmediatas, precipitando la dimisión de varios ministros recién nombrados.
Desde el Elíseo, Macron defendió la legalidad y necesidad de la estrategia adoptada, argumentando que el país no puede permitirse quedar paralizado ante las crisis económica, migratoria y de seguridad. En una declaración oficial, el presidente aseguró que no piensa dimitir y acusó a la oposición de “poner sus ambiciones partidistas por encima del interés nacional”.
Esta situación se da en un contexto de gran tensión social y política en Francia. Las recientes manifestaciones contra la reforma laboral, sumadas a los conflictos diplomáticos con Rusia por el suministro energético, han debilitado la popularidad del Ejecutivo. Además, los bajos índices de aprobación de Macron —que han caído por debajo del 30%— dificultan aún más la gobernabilidad.
Analistas políticos consideran que esta podría ser la crisis más grave desde el inicio del segundo mandato de Macron. “El problema ya no es solo de nombres o de alianzas, sino de legitimidad institucional. El gobierno está perdiendo su capacidad de construir consensos”, señaló el politólogo Jean-Baptiste Arnaud.
Mientras tanto, el país queda en un limbo político. Sin mayoría clara en la Asamblea Nacional y con una oposición dispuesta a bloquear cualquier iniciativa del Ejecutivo, el escenario más probable podría ser una convocatoria anticipada a elecciones legislativas, aunque el presidente no ha confirmado esa opción.
En las próximas horas se esperan nuevas declaraciones desde el Palacio del Elíseo. El futuro del gobierno de Macron pende de un hilo.







